Tenía hora libre.
La profe no venía hoy y les permitían escuchar música
Raquel, abrió la mochila y buscó su mp3, no la encontró.
Buscó y rebuscó en la mochila,
en los bolsillos de su chaquetón,
pero el mp3 no estaba.
Empezó a preocuparse, ¿Dónde estará?
¿Lo habré perdido?
¿Me lo habrán robado?
Y como respuesta a us preguntas vio a Ernesto de 3ºC
con su mp3.
¡Ese mp3 es mío! ¡Ladrón!
¡Qué dices! Es mío.
Raquel insistía en su propiedad,
Ernesto defendía la suya.
Hubo palabras fuertes, insultos
y algún que otro intento de arrebatárselo.
En el patio Raquel
Acosó a su compañero para que le devolviese
lo que según ella el había robado.
Ernesto proclamó una y otra
vez su inocencia.
El mp3 era suyo.
El resto de la mañana fue para Raquel un suplicio,
no se le apartaba de la cabeza el mp3
además le resultaba insultante
que mantuviese esa mentira.
En el autobús camino de casa
fue maquinando su venganza,
le cogería el estuche de rotuladores,
o le quitaría la visera…
pondría por todo el Insti carteles acusadores…
Cuando llegó a casa,
cerró la puerta con un golpe fortísimo,
fruto del enfado que llevaba,
y sin un saludo se dirigió a rumiar su venganza a su habitación.
Entró en su cuarto
y encima de la cama encontró su Mp3.
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