sábado, 22 de marzo de 2008
Surcos de alborada: El crucigramista
por Boris Martínez
Esta es la historia de un hombre corriente,
en un lugar corriente,
con una mujer corriente
pero con un trabajo apasionante, crucigramista,
se llamaba Apolonio.
Apolonio desapareció misteriosamente
un día corriente del verano del 98,
dejando a su mujer e hijos.
La investigación de la policía
no logró descubrir su paradero,
ni aclarar su misteriosa desaparición.
Apolonio era una persona solitaria
de carácter apacible
y, al decir de sus vecinos y amigos,
su característica más sobresaliente
era la meticulosidad.
En su despacho se encontró
entre papeles y notas
un crucigrama sin acabar,
aparentemente sin sentido:
Decía : Poeta de la antigüedad: HOMERO.
Máquina para tejer: TELAR.
Director de cine italiano: VISCONTI.
El detective pensó
que con este crucigrama
Aplonio
había querido dar pistas
sobre su desaparición.
Consultó a los mejores resolutores de crucigramas,
quienes
después de una semana de trabajo
dieron con la solución:
Hotel las Vistillas, Valladolid,
te dejo cariño, me largo con tu psicóloga.
Presa de la emoción,
Aniceto, así se llamaba el detective,
redactó un detallado informe
que elevó al comisario jefe,
solicitando permiso
para trasladarse a Valladolid
y continuar la investigación in situ.
El comisario respondió
con un crucigrama:
Vive en un manicomio
Autorización
Adverbio de negación.
Aniceto comprendió:
Estás loco, permiso denegado.
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