jueves, 29 de marzo de 2007

Surcos de alborada: El gato escayolado


El gato mañoso volvió a asomarse por la ventana. Esta vez no se alborotaba tanto, pasaban los pájaros y él ni se inmutaba, hasta después de una hora. En que acercándose una paloma el minino cayó en la trampa
y volvió a repetir aventura.

Desafortunadamente para él esta vez cayó demasiado lejos de la cornisa y se precipitó cinco pisos más abajo.
Cuando al día día siguiente observé por la ventana que estaba muy quieto. Uyy...
Pero no le quedaba más remedio, pues le habían escayolado.

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